Director uruguayo presenta pieza teatral en Berlín
El 10 de abril de 2002 fue presentada con gran éxito en el teatro Salas Sofía de Berlín la pieza "Teatro Imposible", bajo la dirección artística del director uruguayo Álvaro García de Zuñiga, quien es también su creador. Se trata de un monólogo, traducido al alemán por el actor alemán Leopold von Verschuer, quien recibió muchos aplausos como premio por la magnífica interpretación de este difícil rol. Al término de la presentación de esta pieza teatral, que en los días siguientes volvió a tener el éxito del primer día, conversamos con Álvaro García de Zuñiga:
Álvaro, en esta pieza teatral, creada y dirigida por usted, el actor camina de un lado a otro haciendo complicados juegos de palabras o preguntas, combinados con gestos que muestran la indecisión o confusión del personaje.
Es un teatro de hoy en día, partiendo de criterios que no niegan la tradición y la herencia en el momento que yo encontré el teatro. Desde mi punto de vista era necesario aportar algo nuevo al teatro y con otra estética, si se piensa que todo lo nuevo deja de ser nuevo y se autoconsume.
Usted ha recurrido a algo muy novedoso: esa especie de diálogo entre los subtítulos cambiantes que cuelgan arriba con el espectador, ya que comentan, con mucha gracia, lo que hace el actor.
Yo partí del principio que en casi todas mis piezas de teatro no existe la noción de personaje. Son actores que están en palco y que hablan en ese tiempo. Ellos nacen sobre escena, mueren sobre escena y saben que la pieza dura dos horas.
En esta pieza el actor tiene varios momentos en los cuales cita lo que pasará después, él mismo cita las palabras que dirá o las preguntas que hará en los próximos segundos o minutos.
Usted nació en Montevideo, Uruguay, en enero de 1958. Pero, su trayectoria artística no comenzó con el teatro, sino con la música.
Yo tengo una formación musical, dedicándome primeramente al violín y fundamentalmente a la música contemporánea. Mis estudios musicales los realicé en Buenos Aires y Santiago de Chile. En Buenos Aires tuve la gran suerte de conocer al violinista chileno Sergio Prieto en unas clases magistrales que dio Alberto Lysy, un gran violinista argentino y fundador de la Camerata Bariloche. Esto me llevó a Santiago de Chile, donde viví en la casa de Sergio Prieto, a quien considero el más grande violinista sudamericano.
En 1987, cuando usted llegó a Europa, pudo profundizar sus estudios musicales con otros maestros.
Así es, he tenido cursos y clases magistrales con Yehudi Menuhin, con Norbert Braini, el primer violinista del Quarteto Amadeus, y Karlheinz Stockhausen. También visité la Escuela Superior de Música de Colonia y la Academia Internacional de Música Menuhin en Gstaad, Suiza. Luego de haber estudiado composición, con Roque de Pedro, seguí estudios de estética y filosofía del arte en la Universidad de París y en la Sorbonne.
Y ¿cómo tuvo lugar ese viraje del mundo musical al del teatro?
Yo siempre escribí y ésto lo hacía al mismo tiempo que tocaba, pero sólo para mi, es decir nunca con la intención de mostrar lo que hacía. Era una cosa más bien íntima. Poco tiempo después de haber llegado a Europa, viviendo en París, comencé a tener problemas para tocar y se descubrió que tenía un tumor canceroso en un pulmón. Esta operación modificó mucho mi vida en todo sentido, pero tuve una suerte de deriva profesional. Seguí tocando, pero ya la situación no era igual, físicamente no me sentía bien. Por una serie de razones se terminó por conocer lo que yo escribía y poco a poco hubo una serie de personas que se fueron interesando y así se fue armando algo alrededor de mis escritos, lo cual dio inicio a su difusión.
¿Podría nombrar algunas de las obras que ha llevado al escenario?
Esta pieza presentada aquí, "Teatro imposible", fue estrenada en Lisboa en 1998, donde yo resido desde hace varios años. Ella me fue encomendada por la profesora Ivette Zenteno, quien es la directora del Servicio de Arte Contemporáneo de la Fundación Gulbekian de la capital portuguesa. Esta presentación en Berlín forma parte de una gira artística que estamos haciendo en la temporada 2002/2003 por ciudades de Alemania y Austria. Si se hace una retrospectiva de las piezas que he dirigido tenemos la pieza "Jodok", estrenada en el Centro Cultural Suizo de París, en 1990, "Función aérea", un espectáculo presentado en el Festival de Avignon, Francia, en 1993. En 1999 tenemos dos piezas mías: "Un contrabajo - una persona", estrenada en París, y "El teatro es puro cine", que fue presentada en el Teatro Nacional Dona Maria II de Lisboa.
Volviendo a la presentación de "Teatro imposible" en otros escenarios europeos,
¿ha tenido tanto éxito como hoy?
Tanto la reacción del público como las críticas han sido muy buenas. A veces me imagino que la pieza está tomando una vida propia. Es posible que el próximo año se presente también en Francia.
En todo caso, usted es un artista polifacético. Según leí, un documental suyo es presentado en estos días en el cine Arsenal de Berlín.
Este documental, titulado "Batallas", es lo último que he hecho y tiene que ver con una sala del palacio de los marqueses de Fronteira en Lisboa. Dicha sala en azulejos es llamada la capilla sixtina del azulejo en los folletos turísticos, lo que es verdad. También hice el cortometraje "Actor" sobre la comunicación en forma de cadena y no como debe ser, es decir mediante elementos algunas veces ilógicos. Este film lo he hecho con participación de Leopold von Verschuer y actores portugueses y franceses.
Como todo artista creador usted no cesa de crear, ¿cuáles son los próximos planes?
Bueno, la semana próxima se estrena la película "El delfín", del gran director portugués Fernando Lopes, para la cual hice la música. En el plano fílmico quisiera hacer dos cortometrajes sobre el rumano Jerasim Lukas, que vivió en París y se suicidó hace algunos años. También estoy preparando una versión del Otelo de Shakespeare, pero no se trata de una reescritura en papel, sino más bien de audio solo. Mi idea de Otelo es hacer una versión radiofónica en escena, es hacer radioteatro en palco. Mi noción de Otelo es un extranjero que llega a un país, en este caso Portugal, para tomar el rol de Otelo, sin hablar portugués. Por ello mismo los actores portugueses están furiosos, porque la elección recayó en él y no en uno de ellos. Es la repetición de la tragedia con otros medios.