"El Mundial 78 fue el momento más terrible de la dictadura"
Durante el Mundial de fútbol de Argentina (Argentina '78) pasó de todo: muerte, tortura, desaparición, doping, derroche, corrupción, miedo, obsecuencia, mentiras. Todo. Fue una vergüenza. Una vergüenza colectiva de un país que hasta el día de hoy no sabe como resolver.
Reynaldo Bignone, el último dictador de la junta militar argentina que operó entre 1976 y 1984, dijo en aquel entonces: "Nos equivocamos políticamente : deberíamos haber llamado a elecciones al día siguiente de ganar el Mundial". Por supuesto está demás decir que los dictadores las habrían ganado con una mayoría aplastante.
Pero la confusión reinante durante aquel período no se limitaba solo a la manipulación de masas anestesiadas y al mismo tiempo en delirio. La agrupación Montoneros, un ala de izquierda peronista, explicaba así su posición política en relación al mundial Argentina ‘78: Ellos “dejarían” que se juegue el Mundial ya que se trataba de “una fiesta del pueblo”, pero, eso sí, utilizando el slogan "Argentina campeón, Videla al paredón". La profundidad de la reflexión política, tanto ideológicamente como del punto de vista de la acción, es digna de un film de Jerry Lewis.
César Luis Menotti, el director técnico de "la selección" que llevaría a ganar en casa por primera vez el campeonato del mundo, sabía muchas de las cosas que pasaban en el país. Si bien es posible que no estuviese enterado de la dimensión real del drama político y social en el que se encontraban miles de personas en aquel momento. Menotti, era considerado por el consenso general como una persona "progresista", llegando incluso a tener el apoyo explícito del Partido Comunista y de la Federación Juvenil Comunista, organizaciones que, en la época, llegaron a hablar de "convergencia cívico-militar", y que definían a Videla como a "un general democrático" al que había que apoyar. No sabría decir si Menotti habrá hecho después algún comentario o ejercicio de autocrítica de su papel en aquel tiempo; y con respecto a las declaraciones del Partido Comunista Argentino y su Federación Juvenil me parece mejor no hacer ningún comentario.
Siempre oí decir que en la selección del ’78 hubo dos sectores bien definidos. Según esos dires, uno de esos sectores se identificaba con los militares y la dictadura. Se decía en aquel tiempo que hacían parte de este grupo jugadores como Daniel Passarella y Ubaldo Fillol. Otro grupo de jugadores, representado por Houseman, Ortiz, Villa y Ardiles, habría adoptado una posición crítica.
Un caso particular es el de Carrascosa. El jugador, titular indiscutido y capitán de la selección albiceleste, decide sorpresivamente renunciar y no jugar el mundial. La única explicación que se le conoce fue decir que estaba muy cansado del ambiente del fútbol, de las concentraciones y de las presiones de la gente para con los jugadores, y que por ese motivo no quería participar en el Mundial del ‘78.
La controversia por el dominio de las islas del sur del canal Beagle fue muy prolongada y enfrentó a Chile y Argentina desde finales del siglo XIX. Entró en vías de solucionarse cuando en 1971 se acordó entre ambas partes un arbitraje.
Luego de seis años de alegaciones y probanzas respectivas, en abril de 1977, Isabel II de Gran Bretaña, árbitro de común acuerdo, acogió la recomendación formulada por la Corte Internacional de Justicia, y dictó laudo reconociendo en plenitud la pretensión chilena. La decisión, cuyo respeto quedaba confiado al honor de las partes, fue desconocida por la República Argentina que, por sí y ante sí, declaró el laudo “insanablemente nulo”, hecho sin precedentes hasta entonces en las relaciones internacionales.
Siguió a esto durante el resto de 1977 una situación creciente y progresiva de tensión en las relaciones entre los dos países, que se mantuvo y fue aumentando a lo largo de todo el año siguiente. Y, a pesar de la declarada “intención negociadora” de ambas partes, comenzaron a suceder diversas acciones de provocación en el terreno. La República Argentina extendió las alegaciones de dominio sobre otras tierras insulares del extremo austral fueguino, cuya jurisdicción jamás había sido cuestionada con anterioridad. Estas acciones y pretensiones fueron acompañadas de modo explícito por otros hechos que prefiguraban claramente una eventual operación militar destinada a la ocupación de los territorios pretendidos y, por fin, a la guerra abierta, con la invasión de distintas zonas del territorio en litigio.
Los dos países, aislados internacionalmente debido a sus regímenes dictatoriales de facto, ya de por sí se hacían notar por su “repudiable conducta en materia de irrespeto a los derechos humanos”, según declaraban los países que les eran aliados, los cuales no hacían ninguna alusión a los cerca de cien mil muertos y desaparecidos provocados por la represión de las dos dictaduras vigentes en aquel entonces.
“Tout le monde se souvient de ce truc de « la main de Dieu », bon bah, la presse, surtout, et la presse étrangère... mais inoubliable, ce qui était vraiment inoubliable c’était l’autre but, celui où il a pris la balle dans son champ et puis il a dribblé 1, 2, 3, 4, 5 joueurs, et puis le gardien de but, tout seul, cinq puis le gardien de but et il a pratiquement rentré lui aussi avec la balle dans le but, un monstre, une des meilleures choses qu’… un artiste : ce type était un artiste... Dix fois mieux que Pina Bausch. Et encore : contre les belges, alors là, contre les belges le type était marqué à pression, on l’avait colle pas un, deux, deux joueurs, et pas des commodes hein ? des durs, de deux qui sont là pour te casser, alors là, pas de blague, deux types impossibles à faire décoller. Et alors, dans un attaque, d’un coup le type commence à demander le ballon et, évidemment, marqué par les deux comme il l’était c’était impossible, et il insiste, et insiste, et rien, et puis l’idée géniale : il fait signe de laisser tomber et dans la fraction de seconde que les défenseurs relâchent la pression juste un tout petit peu, pfuiiit ! le type court tout seul se démarque prend la balle et fait le but. Génial. Digne d’un Freud.”
(Extrait “disparu” du texte de la voix off de “Reise nach Pina Bausch”)